Un argentino de veintidos años aficionado a los trabalenguas y que cuida el planeta, logró producir, a partir de girasoles, un combustible que sirve para cualquier motor que funcione con diesel o gasoil, utilizado en maquinarias rurales y en casi todo el transporte automotriz de pasajeros y de carga. Mario Knudsen hijo de un productor rural de la localidad de tres arroyos, en la provincia de Buenos Aires le llamó biodisel a su producto. Este fue preparado en los laboratorios de la escuela agropecuaria Tres Arroyos.
Tras varias pruebas, cuatro municipalidades de la provincia mencionada resolvieron apoyar a Knudsen e invertir nuevos millones de dólares para importar una maquinaria especia desde Alemania.