Los machos patrullan el bosque con un vuelo característico que indica su búsqueda de pareja, a la vez, emiten destellos de luz. Las hembras esperan posadas en las ramas bajas, y si ellas responden con destellos específicos, él desciende y el apareamiento ocurre. El acto dura apenas unos minutos y fulguran intervalos de 6 segundos, lo admirable de dicho ritual, es que las parejas se sincronizan iluminando el bosque durante 60 minutos. Así es, son muy puntuales, se inicia a las 20:30 hrs y concluye a las 21:30 horas.
Es un cortejo exclusivo, nocturno; posteriormente, la hembra coloca los huevecillos en la corteza de los árboles y estos se incuban por 4 semanas. En este clima, tendrán abundante alimento para su desarrollo. Este fenómeno es un regalo de la naturaleza, tenemos el compromiso de cuidar y preservar las hectáreas de los bosques donde esto sucede. Nuestro compromiso es cuidar cada pino, encino y oyamel, procurar cada hojar, porque este es el hogar de las luciérnagas.