Esto se pude lograr reemplazando las luminarias actuales por focos LED pero conservando las partes que aún son funcionales y evitando al máximo gastos innecesarios. En el caso del alumbrado público se rescatan las carcasas de las lámparas que están quitando de las vialidades; se restaura con el mínimo costo y se sustituye el foco por un complemento de LED, de tal manera que se evita que la carcasa se convierta en basura y una vez instalado el LED puede volver a cumplir su función.
La modernización es un mal necesario, instituciones, alumbrado público y gasolineras son los que más consumen energía eléctrica por ello son los primeros que han migrado su iluminación tradicional a iluminación LED. El costo es del 50% en comparación con la adquisición de una lámpara LED con el beneficio de que ofrece los mismos parámetros de distribución lumínica y con una recuperación de inversión a la mitad del tiempo. Aunado a ello está el hecho de lo amigable que resulta para el medio ambiente, pues por mucho disminuyen las emisiones de dióxido de carbono.