En lo alto de los imponentes Andes peruanos, a más de 4.600 metros de altitud, un mochilero británico conocido como El Güero vivió un encuentro que marcó su vida. Mientras recorría el sendero de Santa Cruz, se perdió y quedó solo en medio de la inmensidad de las montañas. La incertidumbre comenzaba a apoderarse de él, hasta que apareció un perrito de la nada.
Sin dudar, este inesperado guía tomó la delantera, caminando con pasos firmes, como si conociera cada rincón de la montaña. "Decidí confiar en su conocimiento de las montañas", relató El Güero. Y así lo hizo.
A lo largo del trayecto, el fiel compañero lo esperó pacientemente cada vez que se retrasaba, transmitiéndole calma y confianza en medio del desafío.
Finalmente, después de un arduo recorrido, el perrito lo llevó no solo hasta el Paso Punta de Unión, sino también de regreso al campamento, donde El Güero pudo reunirse con su grupo. "Este pequeño ángel de cuatro patas me devolvió la esperanza y me mostró que la ayuda puede venir de quien menos te imaginas".