Las producciones ecológicas son más pequeñas que las normales y aunque los alimentos cuenten con el sello de producto ecológico que otorga la Unión Europea esto no equivale a seguridad alimentaria, ya que las explotaciones ecológicas son más difíciles de controlar ya que son más pequeñas que las grandes producciones. Además la UE registra proporcionalmente más alarmas alimentarias en las explotaciones ecológicas que en las demás. Por ello, alerta de los peligros de estos alimentos que muchos consumidores compran creyendo que son más sanos, pero en realidad no lo son.
Los distribuidores de los productos ecológicos son más pequeños por lo que están menos controlados que las grandes superficies alimentarias y a menudo estos alimentos se venden en mercadillos y ferias que no cuentan con las condiciones higiénicas necesarias. Los grandes supermercados realizan inspecciones todas las semanas para evitar que productos en mal estado puedan dañar su imagen por lo que es más seguro para los consumidores comprar sus productos en en las grandes superficies en vez de adquirirlos en pequeños establecimientos ecológicos.