Estos residuos son aquellos que poseen al menos una de las características CRETIB: Corrosivos como ácidos fuertes, Reactivos como el cloruro deacetileno, Explosivos como el trinitrotoleno, Tóxicos como el Plomo, Inflamables como hidrocarburos, así como los Biológicos infecciosos como las muestras de sangre. De igual modo, se consideran en este rubro los envases, embalajes y suelos que hayan contenido o hayan sido contaminados con esta clase de residuos.
Las procuradurías federales del protección al medio ambiente son las encargadas de vigilar que las empresas generadoras y gestoras de dichos residuos los manejen de forma segura, con el objetivo de reducir su peligrosidad y confinarlos apropiadamente. Mediante un manejo adecuado de los residuos, no solo se contribuye a evitar que tengan efectos adversos sobre la salud y el medio ambiente, sino también el agotamiento de los recursos naturales como el agua, la madera y el hierro, lo cual es fundamental para un desarrollo sostenible.