México emitió 683 millones de toneladas de dióxido de carbono en el año 2015, de estas 64% correspondientes al consumo de combustibles fósiles, 10% se originaron por los sistemas de producción pecuaria, 8% de los procesos industriales, 7% se emitieron por el manejo de residuos, 6% por las emisiones fugitivas por la extracción de petróleo, gas y minerías, y finalmente el 5% se generaron por actividades agrícolas.
México es uno de los países más vulnerables al cambio climático, su ubicación geográfica, topografía y su red hidrológica lo hacen particularmente frágil a grandes daños por eventos hidrológicos o meteorológicos extremos. Tan solo en los últimos treinta años se han perdido cincuenta especias de animales y en la actualidad 10% de las aves, 25% de los mamíferos y 30% de los anfibios se encuentran en peligro de extinción. El 15% del territorio nacional mexicano, 68.2% de su población y 71% de su productos interno bruto, tienen alta probabilidad de ser gravemente impactados por el cambio climático.