El desarrollo de la electricidad ha permitido una mejora en la población mundial. Cada vez que realizamos una comparación entre los beneficios y los daños ocasionados por ésta, debemos tener en cuenta el desarrollo económico y social que ha permitido. La asistencia técnica, los medios de comunicación, el alfabetismo, el acceso al agua potable y la expectativa de vida, están condicionados por ella.
La generación masiva de electricidad comenzó cuando a fines del siglo XIX se extendió la iluminación eléctrica de las calles y los hogares. La creciente sucesión de aplicaciones que esta forma de la energía produjo, hizo de la electricidad una de las principales fuerzas motrices de la Segunda Revolución Industrial.