Actualmente, nuestro mundo se enfrenta al gran reto de limpiar de basura los cuerpos de agua, el suelo y el aire, pero la basura es producto de todos y estamos acostumbrados a ignorarlo. La basura, antes de ser una mezcla inadecuada de desechos, podría ser un residuo convertido en artículo de rehuso o en materia prima para alguna actividad productiva. Lamentablemente no todos los países tienen procedimientos o los recursos para convertirla y tener lista para un segundo uso. En muchos países los residuos son acumulados o dispuestos de manera irregular en tiraderos a cielo abierto o quemados, provocando problemas de salud, seguridad, daños persistentes y severos al medio ambiente.
Además el manejo ineficiente de los residuos sólidos urbanos (RSU) se traduce en degradación de paisajes, emisión de gases de efecto invernadero, infiltraciones y contaminación de cuerpos de agua, así como en desplazamiento de la flora y la fauna, principalmente en los océanos, debido a la persistencia de residuos derivados del petróleo, mejor conocidos como plásticos.
