Este jardín vertical en Barcelona es un ejemplo del 'reverdecimiento' de los edificios. Construido en 1978, este fue el primer jardín colgante de Barcelona, aunque desde su construcción han ido surgiendo más por la ciudad.
Además de agregar algo de vegetación a los espacios urbanos, estos jardines verticales también absorben la energía del sol, lo que ayuda a regular las temperaturas de la ciudad a través de la evapotranspiración.
Las numerosas plantas presentes en los jardines verticales también ayudan a promover la biodiversidad, mejorar la calidad del aire al reducir el número de partículas presentes en el aire y también reducir los niveles de ruido del tráfico en 10 Db.